Los vinos tintos jóvenes son la expresión más viva de la uva: frescos, frutales y directos. En Bodegas Ontinium, elaboramos tintos que conservan toda la esencia del viñedo valenciano, ideales para maridar con pastas y carnes blancas, dos aliados perfectos para su versatilidad y suavidad.
Un tinto joven, como nuestro Capitán Julián Tempranillo, muestra aromas a frutos rojos —cereza, frambuesa, grosella— y una acidez equilibrada que lo hace fácil de beber y de combinar. No busca imponerse sobre la comida, sino acompañarla, aportando frescura y un punto de complejidad.
Con pastas mediterráneas, el vino tinto joven se comporta de maravilla. Una pasta con salsa de tomate y albahaca realza las notas frutales del vino; una lasaña de verduras potencia su suavidad; y una pasta con setas o pollo encuentra en el vino el toque que une todos los sabores.
Las carnes blancas, como el pollo, el pavo o el conejo, también encajan a la perfección. Al ser más delicadas que las carnes rojas, agradecen un vino sin exceso de taninos, que aporte equilibrio sin restar protagonismo. El Tempranillo joven cumple ese papel con naturalidad: su ligereza y sus aromas frescos se integran con la textura de la carne.
La temperatura ideal de servicio ronda los 14-15 °C. A esa temperatura, el vino despliega todo su potencial aromático y mantiene su carácter jugoso. Un tinto joven no necesita largas esperas ni decantación: está pensado para disfrutarlo en el momento, con alegría y cercanía.
Este tipo de vino refleja la filosofía de Bodegas Ontinium: accesible, honesto y lleno de vida. Es perfecto para comidas cotidianas, encuentros informales y momentos espontáneos.
En cada copa hay una invitación a disfrutar sin artificios, a saborear la frescura del vino y la sencillez de una buena mesa mediterránea.


